- María, ahh, qué felices éramos hace 15 años.
- Pero aún no nos conociamos.
- Por eso, María.
¿Sexo por amor, o por interés?
Un amigo le pregunta al otro:
- ¿Tú qué opinas de las mujeres cuando practican el
sexo con nosotros?, ¿lo hacen por amor o por interés?
- La mía lo hace por amor...
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Porque de interés, no pone ninguno.
- ¿Tú qué opinas de las mujeres cuando practican el
sexo con nosotros?, ¿lo hacen por amor o por interés?
- La mía lo hace por amor...
- ¿Cómo estás tan seguro?
- Porque de interés, no pone ninguno.
En una oficina aduanera
- Nombre?
- Abu Abdalah Sarafi
- Sexo?
- 4 veces por semana.
- No, no, no, ¿hombre o mujer?
- Ah, sólo mujeres.
- Abu Abdalah Sarafi
- Sexo?
- 4 veces por semana.
- No, no, no, ¿hombre o mujer?
- Ah, sólo mujeres.
Los sacerdotes
¿En qué se parecen un sacerdote y un arbol de navidad?
En que las esferas sólo las tienen de adorno.
En que las esferas sólo las tienen de adorno.
40 años sin discusiones
Una pareja fue entrevistada en un programa de televisión porque estaban casados desde hacía 40 años y nunca se habían peleado.
El periodista, lleno de curiosidad, pregunta a la mujer:
Pero ustedes, ¿nunca han discutido?
'No', respondió la mujer
¿Y cómo es eso?
Cuando nos casamos mi marido tenía una yegua que
apreciaba muchísimo, era lo que mas quería...
Era la criatura que él más mimaba en la vida.
El día de nuestra boda fuimos de luna de miel en nuestro
Carruaje tirado por la yegua.
En el camino hacia nuestro destino la yegua tropezó.
Mi marido le dijo con voz firme a la yegua: UNO.
A mitad de nuestro destino la yegua tropezó de nuevo. Mi
marido miró a la yegua y dijo: DOS.
Al llegar a nuestro destino nuevamente la yegua se tropezó,
y mi marido bajó y le dijo: TRES.
Acto seguido sacó la pistola y le pegó cinco tiros a la yegua.
'Yo totalmente sorprendida y molesta le recriminé:
¡Hijo de la chingada, asesino, por qué has matado a la
yegua eres un pendejo, un estúpido!
Mi marido me miró fijamente y me dijo: UNO'.
Y desde entonces NO HAY PEDO ENTRE NOSOTROS!!!
El periodista, lleno de curiosidad, pregunta a la mujer:
Pero ustedes, ¿nunca han discutido?
'No', respondió la mujer
¿Y cómo es eso?
Cuando nos casamos mi marido tenía una yegua que
apreciaba muchísimo, era lo que mas quería...
Era la criatura que él más mimaba en la vida.
El día de nuestra boda fuimos de luna de miel en nuestro
Carruaje tirado por la yegua.
En el camino hacia nuestro destino la yegua tropezó.
Mi marido le dijo con voz firme a la yegua: UNO.
A mitad de nuestro destino la yegua tropezó de nuevo. Mi
marido miró a la yegua y dijo: DOS.
Al llegar a nuestro destino nuevamente la yegua se tropezó,
y mi marido bajó y le dijo: TRES.
Acto seguido sacó la pistola y le pegó cinco tiros a la yegua.
'Yo totalmente sorprendida y molesta le recriminé:
¡Hijo de la chingada, asesino, por qué has matado a la
yegua eres un pendejo, un estúpido!
Mi marido me miró fijamente y me dijo: UNO'.
Y desde entonces NO HAY PEDO ENTRE NOSOTROS!!!
El supositorio
Estaba un mariconcito con el doctor:
- Mariconcito: Doc, no se me quitan la fiebre ni el dolor de cabeza.
- Doctor: Voy a tener que ponerle un supositorio de los que están en aquella vitrina.
- Mariconcito: Si puedo escogerlo, elijo el rojito.
- Doctor: No sea puñal, ése es un extintor.
- Mariconcito: Doc, no se me quitan la fiebre ni el dolor de cabeza.
- Doctor: Voy a tener que ponerle un supositorio de los que están en aquella vitrina.
- Mariconcito: Si puedo escogerlo, elijo el rojito.
- Doctor: No sea puñal, ése es un extintor.
La pronunciación de la RR
En una tranquila ciudad de España vivía un reconocido torero llamado "El Curro".
Cerca del Churro se mudó un jovial Chino, quien por supuesto no podía pronunciar la erre (RR).
Una mañana se encuentran los dos y el Chino dice:
- Buen día señol Culo.
Al tal Churro no le hacía gracia, pero lo dejó pasar.
Durante la siguiente semana había el mismo saludo diariamente.
El Churro no pudo aguantar más y se compró dos perros alemanes. Los entrenó para atacar al Chino. Cuando el Chino se acercó para saludarlo, el Curro le echó a los perros... con suma rapidez, el asiático sacó dos cuchillos de los pantalones y se paró rígido, listo para enfrentar a los perros.
El Curro se da cuenta de que el Chino va a cortar a los perros y les pega un chiflido. Los perros entran a la casa. Esto se repite varias veces hasta que el Chino decide poner una denuncia en la comisaría.
El comisario le pregunta cuál es su problema. El Chino responde:
- Mile señol comisalio, mi denuncia es polque los pelos del Culo no me dejan caminal.
El comisario se quedó perplejo, pero le siguió la corriente y dijo:
- Bueno amigo, pues córteselos.
El Chino responde:
- Eso es lo que quielo hacel, pelo cada vez que los voy a coltal, el Culo chifla y los pelos se van pala adentlo.
Cerca del Churro se mudó un jovial Chino, quien por supuesto no podía pronunciar la erre (RR).
Una mañana se encuentran los dos y el Chino dice:
- Buen día señol Culo.
Al tal Churro no le hacía gracia, pero lo dejó pasar.
Durante la siguiente semana había el mismo saludo diariamente.
El Churro no pudo aguantar más y se compró dos perros alemanes. Los entrenó para atacar al Chino. Cuando el Chino se acercó para saludarlo, el Curro le echó a los perros... con suma rapidez, el asiático sacó dos cuchillos de los pantalones y se paró rígido, listo para enfrentar a los perros.
El Curro se da cuenta de que el Chino va a cortar a los perros y les pega un chiflido. Los perros entran a la casa. Esto se repite varias veces hasta que el Chino decide poner una denuncia en la comisaría.
El comisario le pregunta cuál es su problema. El Chino responde:
- Mile señol comisalio, mi denuncia es polque los pelos del Culo no me dejan caminal.
El comisario se quedó perplejo, pero le siguió la corriente y dijo:
- Bueno amigo, pues córteselos.
El Chino responde:
- Eso es lo que quielo hacel, pelo cada vez que los voy a coltal, el Culo chifla y los pelos se van pala adentlo.
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