El vecino se percata y reclama al pato:
- Vecino: Oiga, amigo, el pato cayó en mi casa, es mío.
- Roberto: No mi amigo, yo le disparé al pato y la mitad está en mi casa.
- Vecino: Bueno, bueno, no voy a discutir. Si le parece mi amigo, vamos a jugarnos el pato. Nos damos una patada en los huevos, y el primero que ya no aguante pierde al pato.
- Roberto: Sí, ¿cómo no?, nos la aventamos.
- Vecino: Vale pues, póngase...
- Roberto: Bueno, ahora va usted.
- Vecino: mmm... tanto pedo por un pinche pato, se lo regalo