Dejé de ir a la iglesia


Yo dejé de ir a la iglesia desde que una vez que me fui a confesar, ya en el confesionario, le dije al padre:

- Padre, me acuso de que me la jalo un chingo.

 Me contestaron desde adentro:

- Por mi arráncatela, yo soy el carpintero y vine nada más a barnizar esta madre.

Ah, la...

- Oye Diego, fíjate que atropeyaron a mi hermana.


- ¡Ah, la puta!

- No, a la otra.