Dejé de ir a la iglesia
Yo dejé de ir a la iglesia desde que una vez que me fui a confesar, ya en el confesionario, le dije al padre:
- Padre, me acuso de que me la jalo un chingo.
Me contestaron desde adentro:
- Por mi arráncatela, yo soy el carpintero y vine nada más a barnizar esta madre.