El jefe de la mafia, por medio de su traductora en el lenguaje de señas, le preguntó por los 10 millones al contador. A lo que éste respondió en su lenguaje:
- Yo no sé de qué me está hablando.
Y la traductora lo tradujo para el jefe:
- Él dice que no sabe de qué hablamos.
El mafioso sacó una pistola calibre 45 y apuntó a la cabeza del contador gritando:
- ¡Pregúntale de nuevo!
La traductora le hizo las señas correspondientes al sordo-mudo:
- Él te va a matar si no le cuentas en dónde está el dinero.
El contador responde con señas:
- Ok, ustedes ganan. El dinero está en una vajilla marrón de cuero enterrada en el jardín de mi casa.
La traductora le dice al mafioso:
- Él dice que no teme morir y que usted es un hijo de la chingada sin huevos para jalar del gatillo.